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Lady Gaga, una actriz que da miedo

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La cantante debutó en la actuación como protagonista de la quinta temporada de “American Horror Story”, la serie del creador de “Glee”. “Amo el género de terror, me tranquiliza”, dice, siempre sorprendente.

“Por fin puedo mostrar quién soy realmente, puedo ser yo misma, y eso es algo que no pasaba últimamente”, dice Lady Gaga sobre su debut como actriz protagónica en la serie American Horror Story: Hotel. La cantante de 29 años es el reemplazo mediático perfecto para Jessica Lange, quien este año decidió retirarse por un tiempo de la saga creada por Ryan Murphy, un maestro en el arte del horror gótico.

No es exagerado decir que todos, en el elenco de esta quinta temporada de AHS, están gagás con Gaga. “Se les va a caer la mandíbula, especialmente cuando la vean actuar, es muy profesional y sabe como comandar una escena”, anticipaba Kathy Bates. Lady Gaga recuerda que estudió teatro durante 10 años en el Instituto Lee Strasberg de su Nueva York natal porque quería convertirse en una actriz de método. “Pero cuando empecé a buscar trabajo era tan mala haciendo castings que no conseguía nada, entonces fue cuando decidí convertirme en cantante”, le confesó hace unos días al conductor Jimmy Fallon.

Hace cuatro años, antes de un recital en Miami, Gaga le decía a esta cronista que se sentía un ave fénix. “Yo creo que renacemos varias veces a lo largo de nuestra vida. Yo también fui aquella chica flacucha a la que le hacían bullying por tener dientes de conejo y nariz grande. Y miren dónde estoy ahora. Si alguien me sacara la habilidad de transformarme, me asfixiaría”, le comentaba con brutal honestidad al diario, tratando de hacerle llegar el mensaje a su universo de “pequeños monstruos”, sus fans incondicionales con los que ahora se comunica íntimamente desde todas las plataformas sociales.

Por entonces ya era reina en Twitter, una de las personas más influyentes del mundo de acuerdo a la revista Forbes que la sigue teniendo en su top ten, y cubría su 1.55 cm. de estatura con ropas estrambóticas.

Su transformación ha sido evidente a lo largo de este año. Pasó de encender la alfombra roja en un premio de MTV con un vestido hecho con carne a lucir modelos de alta costura y ser la musa del diseñador Tom Ford , presentando su colección primavera 2016.

La cantante enmudeció a sus críticos que la consideraban una estrella pop al homenajear este año en los Oscar la música de La novicia rebelde y a Julie Andrews, su protagonista. Luego hizo un disco de jazz con Tony Bennet, Cheek to Cheek, que ganó un Grammy. Consiguió estar en la lista de las mejores vestidas en el último Emmy, con un vestido negro inspirado en Grace Kelly. Y acaba de ser nombrada “Mujer del año” por la revista Billboard.

“Amo el género de horror, me tranquiliza, miro por televisión programas de mujeres que un día se cansan y matan a sus esposos antes de ir a dormir, soy rara”, dice ella. “Si uno está familiarizado con el arte de la oscuridad es fácil interpretar este tipo de personajes. Hotel trata sobre las adicciones de todo tipo, y cuánto está dispuesto a hacer uno si quiere sobrevivir”.

Su personaje en el excéntrico y tenebroso Hotel Cortez, “La condesa”, es una adicta a la moda y a la sangre de sus desprevenidos amantes. Aunque no es una vampira, establece Gaga, sino una persona que padece una especie de hemofilia que la obliga a beber sangre para sobrevivir. Tiene en el hotel Cortez a un socio sanguinario interpretado por Matt Bomer, y se reencontrará con una ex, a cargo de Angela Bassett. Será, durante esta temporada, la dama de los excesos.

Un hotel habitado por un demonio, un asesino serial, unos chicos platinados que la condesa adoptó sospechosamente, y otros personajes del estilo AHS, es claramente su mejor hábitat, reconoce la artista. “Con esto siento que vuelvo a las fuentes, a esa oscuridad que puede ser tan artística y que abracé al principio de mi carrera”, dice Gaga.

Fue ella quien llamó a Murphy para pedirle trabajar con él. “Estaba en una obra en construcción y me llaman diciendo que me van a pasar con ella, pensé que era una cargada, pero terminamos conversando largamente, ella es muy cálida y a mí me partió la cabeza y el corazón que quiera trabajar conmigo”, rememora el creador del terror televisivo de esta era.

La diseñadora Lou Eyrich, ganadora de un Emmy por el vestuario de AHS: The Cove, diseñó especialmente un vestuario apropiado para una condesa millonaria, habitué de las galerías de arte, basado en la moda de los años ’30 y ’40. Lou, que ha vestido a Prince y le creó el uniforme de colegiala a Lea Michele en Glee, estuvo eligiendo modelos de las pasarelas de alta costura hasta último momento, y también de su inventario personal, donde habitan Vivienne Westwood, Yves Saint Laurent y Thierry Mugler.
Las dos trabajaron juntas para convertir a La condesa en una mujer elegante, sexy, seductora y misteriosa. Un guante de metal con uñas de diamante, con las que puede rasgar la piel de sus víctimas, es su último y gran accesorio. Vamos, qué menos tratándose de Lady Gaga. Ella puede hacer cosas a las que quizás Jessica Lange no se hubiera animado. Con ella, se regocija Murphy, el cielo parece ser el límite.

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