El máximo tribunal de Estados Unidos rechazó este lunes un nuevo intento de revertir la histórica decisión de 2015 que legalizó el matrimonio entre personas del mismo sexo en todo el país. Con esta resolución, la Corte Suprema reafirmó la vigencia del fallo Obergefell vs. Hodges, considerado un hito en la lucha por la igualdad de derechos civiles.
En su dictamen, los magistrados sostuvieron que la Constitución no puede estar sujeta a creencias personales, morales o religiosas, sino que debe garantizar el principio de igualdad ante la ley. La decisión marca un claro mensaje frente a los recientes movimientos que buscan restringir los derechos de la comunidad LGBTQ+ en distintos estados.
El fallo, que mantiene la legalidad del matrimonio igualitario, refuerza la protección de las libertades individuales y reabre el debate sobre los límites entre la libertad religiosa y los derechos civiles en una sociedad cada vez más polarizada.
Mientras grupos conservadores expresaron su descontento con la decisión, organizaciones defensoras de los derechos humanos celebraron el pronunciamiento como una victoria que consolida casi una década de avances sociales. En un contexto global donde la igualdad de género y la diversidad siguen enfrentando desafíos, el respaldo de la Corte Suprema representa un paso más en la defensa de los derechos fundamentales de todas las personas, sin importar su orientación sexual o identidad de género.