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Familias campesinas en pandemia: Los ignorados de siempre más olvidados que nunca

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Hablar de la pandemia y decir que nuestra economía desfallece hasta resulta un acto reiterativo a esta altura del año, por el fuerte impacto económico que representa hasta la fecha, por lo que representará en años posteriores, y por la falta de un plan de recuperación que hasta ahora parece no existir en un modo concreto.

Muchas veces expusimos la fragilidad a la que quedan expuestas aquellas personas de clase media para abajo, que siguen buscando acceder a los subsidios como última salida, pero a la vez sumergiéndose en la incertidumbre por la escasa oferta laboral, más diferentes situaciones que también van pesando como; proyectos frustrados y falta de garantías para una estabilidad económica.

Sin duda, una cuestión que debemos seguir planteando de manera constante hasta obtener respuestas, pero… parece ser que muchos olvidan que no son los únicos afectados. ¿Se pusieron a pensar en cómo la están pasando las familias del campo y en cómo nos afectan las malas condiciones sufridas por los mismos?

¡Paraguay podría ser autosustentable aunque la realidad es muy distinta!

Parte de la mal llamada “deuda histórica” recae en mejorar las condiciones del sector agrario, no en vano miles de campesinos llegan hasta las calles asuncenas gritando “REFORMA AGRARIA JUSTA Y NECESARIA”, desde hace más de 20 años (a excepción de este año también pospuesta por la pandemia). Los ignorados de siempre por parte del estado paraguayo.

Si bien, son varias las necesidades y exigencias del sector campesino, no son situaciones surgidas directamente con la aparición de COVID-19, más bien, debemos remontarnos a años inmemorables, con tierras despojadas y centralizaciones de las mismas por parte de empresas (más extranjeras que nacionales) dedicadas a la agro exportación, para entender que están en el olvido y que esas empresas son rentables solo para unos pocos y para los “amigos” del gobierno.

¡Sí, para aquellos grandes latifundistas, ganaderos, sojeros, o explotadores de tierra ubicados en diferentes cargos de poder!

Según estudios, se estima que más del 37% de las tierras agrícolas se encuentran poseídas por empresas extranjeras, de mayor manera en las zonas del Chaco, Norte y Este del país. Obtenidas mediante el despojo a campesinos, titulaciones falsas y la vista ciega dada por parte de diferentes organismos del estado, como por ejemplo el ministerio público, MAG, INDERT, entre otras.


Lo cierto es que la soberanía nacional va quedando sometida a la extranjerización de las tierras, golpeando directamente a las familias campesinas, e indirectamente a todos los paraguayos.

Ahora sí, tampoco podemos dejar de mencionar que con la llegada del virus muchas familias se vieron afectadas, por la falta de herramientas para la producción, falta de mercado y por supuesto, falta de tierras. En otras palabras, por la falta de un plan efectivo que facilite el incremento de la agricultura familiar y producción local.

Estamos cerca de llegar al sexto mes de pandemia y de momento solo se ha mencionado que están trabajando en un plan de acción por parte del MAG. Seis meses y prácticamente nada, ¡Una joda!

Según el propio Ministro de Agricultura, Rodolfo Friedman, la cartera del estado trabajaría en la elaboración de 150.000 fincas familiares que permitiría reducir la importación de productos vegetales en al menos un 30%, pero el resultado sería visible recién en los próximos siete años, un plan de acción que englobe a las familias campesinas pero que tampoco ha sido puesto en marcha.

Un último dato extraído de la Dirección de encuestas y censos (DGEEC), aproximadamente el 40% de la población paraguaya recae en el sector rural, pero aun así el departamento central es el más poblado del país, lo que nos marca las pautas de que las situaciones expuestas en los párrafos anteriores son reales.

En fin, van pasando los meses y las necesidades económicas siguen en aumento, tanto para el trabajador de campo, como para el ciudadano urbano. Lo que reafirma que aquellos planes de “reactivación económica” y de “reforma del estado” solo forman parte de historias pasajeras, con finales que ya ni necesitan ser contados, pero que no tienen a los ciudadanos “comunes” como protagonistas. Total solo importan los acuerdos políticos y eso quedó demostrado con aquella última reunión del presidente, ex presidente y 13 gobernadores colorados, realizada hace poco más de una semana.

José Ignacio Melgarejo – Periodista del Grupo Venus Media.

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