Esta semana, la cantante estadounidense se dirigió hasta Nueva Zelanda para el rodaje de un video musical, pero al parecer se metió en problemas, ¿qué pasó?
Taylor Swift visitó Nueva Zelanda para el rodaje de un video musical en Bethells Beach, una playa popular cerca de la capital neozelandesa. Las autoridades locales dieron luz verde a la cantante y su equipo para filmar en el balneario donde habita una rara especie de aves llamada “dotterel” o “chorlito maorí” de los que quedan pocos ejemplares.
Grupos conservacionistas de este país acusaron a Taylor de poner en riesgo a este especie de ave durante el rodaje, pero los productores asumieron la responsabilidad deslindando responsabilidad a Swift.
Al parecer, según alegaron las autoridades, la productora incumplió una restricción llevando una decena de 4×4 a la arena, cuando solo se permitían dos.
A raíz de este inconveniente, los representantes de la cantante en Londres enviaron un comunicado de Cherokee Films, la empresa productora local del video en el que se lee: “Aceptamos la responsabilidad y nos disculpamos por ello. Taylor Swift y su entorno no cometieron falta alguna y no incumplieron permisos o reglamentos”, explicando que el rodaje no puso en riesgo el entorno.
El Departamento de Conservación explicó que solamente quedan 1.700 chorlitos maoríes en Nueva Zelanda, y advierte a los visitantes de las playas que tengan precaución con los nidos de estas pequeñas aves, que hasta hace algunos años estuvieron a punto de desaparecer.